El caso chileno, como único en el mundo. Así clasifica el investigador de la Universidad de Barcelona, Antoni Verger, el modelo educativo nacional que instaló la evaluación de la calidad de los colegios en función de pruebas estandarizadas como el SIMCE y la PSU. “Acá hubo una reforma de mercado bastante drástica, en el sentido de que se instaló a nivel nacional. En Chile, esto generó un nivel de inversión privada muy fuerte en educación, y también un nivel muy alto de segregación. Esto no quiere decir que los resultados del sistema educativo agregado sean necesariamente malos, pero sí son diferentes en función del origen social. Eso diferencia a Chile con otros contextos, como los que tenemos en Europa, donde hay un sistema de bienestar más establecido”, sostiene. En esta entrevista Verger entrega el diagnóstico sobre los vicios que genera estas evaluaciones en los currículos pedagógicos, los profesores, los alumnos y los padres y apoderados.