Con la ratificación de los 5 años de acreditación de la Universidad, el regreso total a las clases presenciales y reconociendo la labor de la comunidad UAH completa asume como vicerrector académico de la Universidad Alberto Hurtado, Eduardo Abarzúa ex decano de la Facultad de Economía y Negocios de la UAH.
De Eduardo Abarzúa se puede decir que es un académico de “la casa” porque ha hecho una trayectoria en la institución desde el año 2006 y en términos públicos es un conocedor de cómo se deben elegir los cargos del Estado porque es integrante del Consejo de Alta Dirección Pública de la Dirección Nacional Servicio Civil que se creó en el 2003 con el objetivo de aportar a la modernización y profesionalización de la gestión pública. Además de Psicólogo de la Pontificia Universidad Católica de Chile y Doctor en Ciencias del Trabajo de la Universidad Católica de Lovaina, Bélgica, sabe trabajar en equipo, de colaboración y de mérito.
En esta su primera entrevista entrega algunas luces de cómo visualiza su actual rol, y de los desafíos que enfrentará que no son pocos y también de cómo se hará cargo de los tiempos actuales donde las demandas sociales hacen eco en los planteles universitarios; una de ellas y la más nueva es pensarse institucionalmente en materia de diversidades: “La equidad de género y otros factores potentes de identidad han ido cobrando una justa relevancia. Hacer Universidad hoy no es posible soslayando esa nueva realidad”, señala.
– ¿Cómo toma este reconocimiento? –
-Con mucha alegría, considerando que es un reconocimiento que hacen las autoridades y la comunidad UAH, no sólo a mi trayectoria como docente, investigador y gestor de diversas iniciativas al interior de la Universidad, sino que también a un equipo que tiene la convicción de que las instituciones de educación superior deben acompañar los cambios que vive nuestra sociedad, contribuyendo a la construcción de un proyecto común al que aportamos rigor científico y el sello de nuestra universidad que no es neutra frente a la realidad vigente. A propósito de los reconocimientos, creo que es necesario destacar públicamente a nuestra comunidad universitaria por los esfuerzos que ha realizado para mantener la continuidad de nuestra gestión con mucha resiliencia y compromiso. Ello ha permitido que por el Acuerdo de Consejo Nacional de Educación del 8 de abril se ratifique la sostenibilidad de nuestro proyecto universitario y se mantenga nuestra acreditación en 5 años.
-Asume en un momento de retorno presencial a la Universidad luego de la pandemia, lo que de alguna manera supone una nueva etapa. En este contexto, ¿qué le dice a la comunidad universitaria de lo que viene en la UAH y sobre los desafíos que habrá que asumir? –
-Primero, quiero reiterar mi reconocimiento a todas las unidades académicas que, a pesar de lo difícil que han sido estos dos últimos años, han colaborado eficazmente en sostener y desarrollar nuestro Plan Estratégico. Desde esta vicerrectoría se animará activamente este proceso, respetando las diversidades disciplinarias y contribuyendo con una mayor articulación y coordinación organizacional de los claustros y programas dependientes. Para ello, consolidaremos un modelo de gestión que establezca estándares y sea ágil para leer y actuar frente a los cambios de nuestro entorno y que tenga unidades de soporte que contribuyan con mejoras a la tecnología, procesos y organización de nuestra universidad. Otro desafío fundamental está dado por la necesidad de consolidar un proceso de efectivo reconocimiento a nuestras académicas y académicos que con sus diversas trayectorias contribuyen a través de la docencia, investigación y vinculación con el medio a un proyecto colectivo, que es la UAH, a través de un apropiado sistema de categorización. Junto a ello, no debemos olvidar además a nuestros profesores colaboradores. Como académico de gestión de personas y relaciones laborales, estoy convencido de que debemos valorar el término colaborador en toda su extensión, ya que esos docentes contribuyen con experiencia profesional y vocación a la formación y debemos acogerlos a través de estándares laborales basados en la normativa vigente y las mejores prácticas nacionales.
– ¿Qué mensaje le entrega a las y los estudiantes? –
– No podemos perder de vista bajo ninguna circunstancia que las y los estudiantes son nuestra razón de ser y el centro de nuestra preocupación. Desde esa convicción es que desarrollamos la generación de espacios académicos y de experiencias que contribuyan a su formación como personas y su inserción en el mundo del trabajo y el entorno. No debemos olvidar el rol que jugamos como Universidad en la inclusión e integración de jóvenes que, en una enorme proporción, son generaciones que por primera vez acceden a la educación superior. Esta función nos vincula estrechamente con lo que ocurre en un país que quiere superar la exclusión y marginación que nos han acompañado como sociedad. Esta característica esencial, que da sentido a nuestra Universidad y que, probablemente explica la vinculación que con ella sentimos quienes formamos la comunidad UAH, nos obliga a ser protagonistas de la discusión nacional acerca de un sistema de educación superior que debe permitir el acceso y ser indudablemente inclusivo, pero a la vez debe dotar de sostenibilidad a proyectos que se esfuerzan en ser complejos y multidisciplinarios.
– No son tiempos fáciles, el país cambia, la sociedad se transforma y en consecuencia la educación superior: ¿Cómo mira este presente y el fututo que se construye? –
-Los tiempos que corren nos plantean el complejo desafío de comprender y acoger la explosión de diversidades que está marcando esta época. El género y otros factores potentes de identidad han ido cobrando una justa relevancia. Hacer Universidad hoy no es posible soslayando esa nueva realidad. Por último, debemos perseverar y profundizar nuestra contribución en la búsqueda de respuestas a las preguntas que hoy el país se hace, especialmente en sus nuevas formas de organización de lo público. Debemos ser, en palabras de nuestro Rector, “la Universidad de las políticas públicas”, aportando tanto el rigor académico como la sensibilidad de lo social. Todos son desafíos difíciles y exigentes y se dan en medio de procesos de cambios, de final abierto, pero que debemos asumir para ser consistentes con el sello y el espíritu de nuestra Universidad.
Eduardo Abarzúa estuvo tres años como decano en la FEN de la UAH donde siempre se destacó por trabajar en equipos multidisciplinarios y por lo mismo capaces de comprender una organización diversa. Con toda esa expertise armó su nueva oficina que queda al lado de la del rector Eduardo Silva SJ. Ahora desde Casa Central en Almirante Barroso 10 dirigirá una de las áreas más exigentes de esta institución y donde se espera de él que anime y conduzca el cumplimiento de las políticas, planes, proyectos, programas y objetivos establecidos por el Directorio, la Rectoría y demás órganos de decisión y gobierno de la universidad, y en estrecha colaboración con las facultades.