«Atender a estudiantes vulnerables requiere coraje para desafiar al status quo»

«Trabajo colaborativo entre pares para mejorar las prácticas educativa» es el nombre de la conferencia que dictó la académica de la Universidad de Sonoma State, Johanna Filp-Hanke, en un seminario realizado por la carrera Educación Parvularia de la U. Alberto Hurtado, La Fundación Chile y la Embajada de Estados Unidos, el 5 de octubre.

En la actividad dio a conocer la experiencia de prácticas profesionales para profesores, basada en Comunidades de aprendizaje, metodología aplicada con buenos resultados en dicha universidad norteamericana.

Ante una audiencia de alrededor de 100 personas, formada por profesores y estudiantes, la investigadora, quien es Doctora en sicología educacional de la Universidad Albert-Ludwig de Alemania, destacó la necesidad de crear comunidades de aprendizaje para que los profesores trabajen de manera colaborativa, planifiquen, lleven a la práctica y vayan corrigiendo en conjunto con el fin de ir mejorando la manera en que se plantean las clases. «Esta metodología permite tomar riesgos y energizan la labor docente».

Señaló que para ser un profesor efectivo, además de los conocimientos pedagógicos y disciplinares, se necesita solidaridad, empatía, capacidad de improvisación y coraje para desafiar lo que se ha establecido como técnicamente correcto.

La carrera de Educación Parvularia organizó este encuentro, dada la importancia que tiene esta modalidad de trabajo participativo que enriquece y construye conocimiento como una forma de mejorar la calidad educativa y al mismo tiempo de cohesión social.

Actualmente existe consenso respecto de que el saber pedagógico se moviliza y puede re estructurarse en la medida de la actualización y la voluntad de cambio para transformar las prácticas de acuerdo a las nuevas demandas que la sociedad hace a los centros educativos.

Si se organiza y se gestionan procesos de conversación y reflexión entre docentes, tendientes al intercambio de saberes y experiencias con ciertos referentes y criterios de calidad, se abre un espacio para que los educadores y profesores inicien un camino de reflexión que permita apoyar los procesos de apertura, valoración y significado de otras formas de hacer las cosas, de aprender con otros.

En la práctica pedagógica, el educador continúa su aprendizaje respecto de cómo enseñar: gradualmente se va apropiando de ciertas prácticas observadas en el lugar de trabajo, adaptando sus saberes, conocimientos y teorías en función del contexto, así como reflexionando y apoyándose en sus pares.

En consecuencia, es posible plantear que el saber del ejercicio docente se puede transformar a partir del diálogo y reflexión que realizan grupos de educadores acerca de su práctica cotidiana.