Incorporar el factor sociocultural en la enseñanza de la lectoescritura es una de las premisas que plantearon los especialistas invitados al seminario organizado por la Facultad de Educación de la Universidad Alberto Hurtado, la Universidad Católica y la Embajada de Francia en homenaje a la Premio Nacional de Educación (2003) Mabel Condemarín.
La actividad, realizada el 3 y 4 de noviembre, estuvo constituida por un coloquio abierto con la participación de los académicos Gérard Chauveau (Francia), Aída Walqui (EE.UU.) y Anne-Marie Chartier (Francia); y dos conferencias y talleres sobre aprendizaje y desarrollo del lenguaje escrito dirigidos a docentes, a cargo de los profesores Walqui y Chauveau.
Este último académico, quien se ha especializado en la enseñanza de la lectoescritura en las escuelas de las Zonas de Educación Prioritaria dentro de la UE, señaló que las dificultades en el inicio de la lectura se deben a que el sistema escolar utiliza los mismos sistemas y las mismas metodologías, basadas principalmente en el desarrollo de habilidades más mecánicas, para enseñar a niños y niñas que provienen de distintos contextos socioculturales. “El pensamiento dominante es que a los seis años se está preparado para el inicio de la lectura, sin embargo no todos los niños están en las mismas condiciones, algunos provienen de contextos letrados y otros no”.
Señaló que el analfabetismo funcional, que en Francia llaman ilestrismo, es resultado de muchos años de mala enseñanza de la lectura, una especie de “desnutrición lectora”.
La prueba PISA 2009 constató un aumento de 40 puntos en la escala de lectura de los escolares chilenos de 15 años, desde la medición 2001, situándose nuestro país por sobre el resto de los latinoamericanos. Pese a esto, Chile se ubicó por debajo del promedio de la OECD, en el lugar 44 entre 65 países.
Sin embargo, el principal desafío de Chile sigue siendo superar la brecha por grupo socioeconómico: Uno de cada dos estudiantes de NSE bajo no consigue el nivel mínimo indispensable para que una persona pueda funcionar e incorporarse productivamente a la sociedad, en tanto en el grupo alto la proporción es de uno de cada diez.
Acto de homenaje
El seminario culminó con un acto de homenaje a Mabel Condemarín Grimberg (1931-2004) una destacada educadora y docente universitaria, especializada en la enseñanza de la lectura. Durante largo tiempo fue académica de la P. Universidad Católica de Chile. En 1990 llegó al Ministerio de Educación para hacerse cargo del área de lenguaje del programa de las 900 escuelas con más bajo rendimiento académico (P-900). Mabel Condemarín fue la principal autora de los programas de estudio para el área de Lenguaje y Comunicación de la reforma curricular del año 1996 y uno de cuyos aportes fundamentales fue el desarrollo y sistematización de un PLSS (Programa de Lectura Silenciosa Sostenida) que muchas escuelas practican hasta hoy.
En la ceremonia hablaron la sicóloga Neva Milicic, su marido el profesor Felipe Alliende, su hijo y Juan Eduardo García- Huidobro, Decano de la Facultad de Educación de la Universidad Alberto Hurtado.
El legado de Mabel Condemarín
Viviana Galdames, directora de la carrera de Educación Básica de la UAH y especialista en didáctica del lenguaje, explica que “Mabel Condemarín ha sido en la historia de la enseñanza de la lectura y la escritura de las últimas décadas el principal referente en Chile y en muchos países de América Latina. Ella hizo un importante aporte respecto a la didáctica del lenguaje oral y escrito proponiendo un enfoque actualizado, innovador y pertinente respecto a cómo enseñar a leer a los niños y niñas en la era del conocimiento. Invitó a los docentes a revisar crítica y reflexivamente los métodos de enseñanza de la lectura mayoritariamente en uso, con el fin de enriquecerlos y actualizarlos; es así como el Modelo Equilibrado, base de la propuesta curricular del área de Lenguaje y Comunicación, surge de sus estudios e investigaciones.
Por su parte, Cristián Cox, director del Centro de Estudios de Políticas y Prácticas en Educación CEPPE-UC, recuerda que Mabel Condemarín “unió como pocos el saber de punta sobre su área de especialización, con la pasión por la igualdad y la justicia: ambas dimensiones de su ser anidadas en una actitud esencialmente acogedora y dispuesta siempre a empatizar con el otro y a salvar la proposición del contrario. Una actitud amorosa. En primer lugar para con la niñez a la que sirvió como profesora en la fase inicial de su carrera; como formadora de sus profesores más tarde, y finalmente, como diseñadora y líder de programas nacionales con los que trabajarían miles de profesores. La misma actitud también con sus pares y contradictores”.
Lorena Medina, vicedecana de Educación de la Universidad Católica, indica por su parte que “Mabel Condemarín ha sido para muchos una maestra en el ámbito del aprendizaje y desarrollo de procesos de lenguaje. Sus trabajos en el ámbito de la motivación a la lectura, la relación entre lenguaje y desarrollo cognitivo, así como acerca de problemas de dislexia, nos brindaron la posibilidad de conocerla en el marco de un trabajo interdisciplinario potente y motivante. Su legado en enseñanza y aprendizaje de la lectura inicial, especialmente a través de la promoción e implementación de un modelo equilibrado en esta área, ha dejado larga huella, tanto en la formación docente como en la política pública en torno a estos desafiantes temas”.