Por Carlos Concha Albornoz
Finalmente hemos conocido la invitación el Ministerio de Educación para la presentación de Proyectos de Liceos Bicentenarios. A través de una convocatoria muy sencilla, se invita a los sostenedores a presentar proyectos.
Se declara que el propósito principal es “generar nuevas oportunidades para que alumnos de la educación pública puedan alcanzar mejores resultados académicos y acceder a la educación superior”. En marzo de 2013 se espera alcanzar la meta, 50 proyectos que beneficiarían a unos 50.000 jóvenes.
Las dudas respecto de si era o no una buena decisión se mantendrán. Lo que sigue es saber si las cosas se están haciendo bien y qué resultados se logran. Respecto de la invitación, hay muchas materias que todavía no quedan suficientemente claras.
La gran meta propuesta a los liceos bicentenarios es el acceso a educación superior de sus estudiantes. ¿Ese será su concepto de excelencia?; ¿será la misma meta para los liceos técnico-profesionales?; ¿será cualquier alternativa de educación superior?, ¿es igual un CFT, un IP o una Universidad?; si son universidades, ¿dará igual que sean tradicionales o privadas? Hoy, cualquier egresado de un liceo puede acceder a educación superior, porque la selección por puntaje PSU sólo es exigible en las denominadas universidades tradicionales. Desde esa lógica, la meta planteada carecería de sentido.
Respecto de la modalidad de selección. Se invita a formular proyectos, pero no se cumple ninguna de las formalidades de un concurso público. Se ignora cuántos son los recursos disponibles, no se conoce el máximo que se asignará a cada proyecto, o si habrá fondos diferenciados (para liceos nuevos, para reconvertirlos o para ampliarlos). Se anuncia que habrá un convenio de desempeño por 10 años. ¿El liceo postulará un proyecto por 10 años?; ¿se exigirá el cumplimiento de metas intermedias? ¿Cuándo sabremos si la experiencia fue exitosa o no? ¿El 2016, cuando egresen de Cuarto Medio los que el próximo año ingresarán a 7º Básico? Tampoco se aclara cómo, cuándo y dónde deben presentarse los proyectos, quiénes los evaluarán o cómo se asegura la transparencia del proceso de selección.
Uno de los objetivos propuestos es el de “incentivar la atracción de talento y capacidades a la educación pública”. Se podría pensar que la educación pública es la impartida por sostenedores municipales o corporaciones para la administración delegada, pero eso no es tan claro. Los postulantes pueden ser sostenedores municipales, particulares subvencionados, particulares pagados y de los liceos de administración delegada. Estos deben contar con el apoyo del municipio respectivo. No aclara si eso es una carta del alcalde, un acuerdo del concejo municipal o el permiso de funcionamiento municipal.
Merece ser comentado también el alcance del proyecto. Este involucra al establecimiento educacional, a su sostenedor y a la red de apoyo que logre. No es el proyecto de una comuna, de una provincia o de una región; no está integrado a otros esfuerzos ni se espera que esas comunidades se sientan parte y colaboren con el proyecto.
Esperamos mayores claridades los próximos días; eso es importante, considerando que se trata de la primera iniciativa programática en materia educativa que el gobierno comienza a concretizar y que será una experiencia seguida con atención por todos.