La Ley de Educación Primaria Obligatoria de 1920 consagró la educación como un derecho para niños y niñas, pero mantuvo diferencias curriculares sexistas, señalan los académicos María Teresa Rojas y Pablo Astudillo en su columna de opinión publicada en Ciper Chile.
El “cambio vino de la mano de la sociedad civil: mujeres, estudiantes y docentes de liceos públicos presionaron por terminar con estructuras que promovían diferencias. En los 60’, durante el gobierno de Frei Montalva, se impulsó finalmente la creación de liceos mixtos y se unificó el curriculum”.
Accede a la columna completa AQUÍ