Educación sexual y afectiva en colegios católicos de élite: Tensiones y paradojas en torno a qué sexualidad se debe enseñar y qué individuo se pretende educar fue el tema que presentó el sociólogo Pablo Astudillo en el coloquio de educación que la Facultad de Educación realizó el 4 de octubre. El expositor, quien es doctorante del Centro de Investigación del Vínculo Social de la Universidad Paris V, presentó los resultados de su tesis doctoral sobre los procesos de transmisión de normas sobre la sexualidad contemporánea en colegios particulares.
Astudillo comentó que la escuela católica en nuestro país no niega la enseñanza de la sexualidad, y por el contrario pretende encausarla hacia un fin trascendente a la actividad sexual, muchas veces obviando algunas directrices eclesiales. Sin embargo, esta enseñanza encierra conceptos de individuos que están fuertemente jerarquizados por clases sociales y géneros. Asimismo, profundizó sobre las formas que tienen estos colegios en sus modos de hablar de sexo, los discursos que tienen sobre el cuerpo, la delimitación de la privacidad, su coherencia afectiva y el abordaje de la diferencia.
“En las escuelas católicas la comprensión de la sexualidad va asociada a construir una persona responsable de sí misma y de sus relaciones con otro, y éstas van desde colegios conservadores que promueven la abstinencia de los jóvenes hasta un cierto progresismo que admite la posibilidad de un ejercicio cuidadoso de la sexualidad”, aclaró. Dichos valores funcionan también como un mecanismo de distinción entre las instituciones que se observan y de algún modo compiten indirectamente entre sí.
Astudillo mencionó al ensimismamiento institucional como la hipótesis central de su tesis y que implica que cada escuela piensa que su propia realidad es la universal. “La principal reflexión del estudio es que el objetivo universal de formar un individuo soberano y responsable de su sexualidad pone más bien el acento sobre un sujeto aislado. Ello en desmedro de comprender a esta misma persona como fruto de una red amplia de relaciones sociales». La sexualidad, a juicio de Astudillo, no debería ser entendida únicamente en término del comportamiento con las parejas, de los aprendizajes que vienen de la familia o de lo que transmite la propia escuela.