«Ni el #EstallidoSocial ni la #Pandemia han conseguido detener la persistencia del SIMCE”, comenta la doctora en Sociología y académica de #EducacionUAH, Alejandra Falabella.
En la columna publicada en CIPER integra al menos ocho razones que se entretejen y que permiten comprender esta compleja persistencia: Capital simbólico gubernamental; El poder seductor de los números; Una política con un ethos elástico; Cultura evaluativa global; Larga historia de evaluaciones; Razones Económicas; Una industria de las evaluaciones y Visiones de los docentes.
“El contexto de crisis actual debe obligar a las autoridades a replantear un nuevo paradigma evaluativo que termine con una evaluación estandarizada censal y anual, centrada en la vigilancia y la sanción”, asegura.
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