«Las infancias de hoy requieren que profundicemos en sus necesidades», aseguró Patricia Jaramillo, directora de Edfucación Parvularia en la celebración de los 20 años de la carrera en la Universidad Alberto Hurtado.

El pasado miércoles 8 de octubre, en una jornada que estuvo marcada por momentos de reflexión, profundización, música y abordaje de los desafíos a nivel de políticas públicas, vivimos la celebración de los 20 años de existencia de la carrera de Educación Parvularia en la Universidad Alberto Hurtado.
La jornada inició con palabras de bienvenida de la decana de la Facultad de Educación, Marisol Latorre, quien afirmó que «tenemos la convicción de que en cada sala de clases las y los docentes estamos construyendo el país que tenemos y que queremos. En un país crecientemente diverso, requerimos fortalecer la escuela como un espacio de encuentro, convivencia sana, confianza y seguro donde se desarrollan experiencias educativas de excelencia, inclusivas e integrales».
En relación a lo anterior, agregó que «la educación parvularia ocupa un lugar clave, primero porque es el inicio de las trayectorias formativas de todas y todos, y también porque en los primeros años de vida se juega la conformación de la estructura neuronal de las personas».
Luego, el equipo académico de la carrera, conformado por Patricia Jaramillo, directora de Educación Parvularia, Karla Scheblein, coordinadora ELAB de la carrera y la académica Catalina Castillo, ofrecieron un discurso en conjunto para el público.
«Las infancias de hoy requieren que profundicemos en sus necesidades, que escuchemos con detención, que miremos con atención, que seamos el sostén y soporte vincular que les permita explorar y leer el mundo», relató Patricia Jaramillo.

Por su parte, Catalina Castillo abordó la vulneración de la que son víctima los niños y niñas de Palestina «No podemos ser ajenos a esto, pues educamos para promover y defender los derechos humanos de todas las niñeces, no solo de aquellas que habitan en nuestro país. Ser educadoras y educadores implica ser activistas por las infancias, posicionarnos y levantar la voz cada vez que se vulneran los derechos de las niñas y los niños».
Por último, Karla Scheblein afirmó que, en los 20 años de trayectoria, «hemos construido puentes desde enfoques sociocríticos, donde cada propuesta didáctica, cada plan de intervención, cada observación cuidadosa, ha buscado traducir conceptos complejos en prácticas concretas y significativas: espacios de aprendizaje que favorezcan la autonomía, un proyecto que conecta el juego, desde una intervención que respeta la diversidad y valora la identidad cultural de cada contexto educativo.
El juego en la educación parvularia: «Va transformando las estructuras sociales»
La jornada tuvo también intervenciones artísticas y musicales que nos invitaron a reflexionar respecto de la necesidad de velar y cuidar los derechos de la niñez y relevar la importancia de la infancia en nuestras trayectorias de vida.

En la misma línea, contamos con la presentación de Victoria Parra, Jefa de la Unidad de Políticas Educativas de la Subsecretaría de Educación Parvularia, quien vino a nuestra universidad en reemplazo de la subsecretaria Claudia Lagos y que dio una charla magistral enfocada en los desafíos que tiene la eduación parvularia y los avances que se han logrado con el tiempo y el trabajo.
Como parte de su exposición, Parra abordó la importancia del juego en la infancia, mencionando que «este va también transformando las estructuras sociales, va generando cultura el ejercicio de jugar y participar con sus entornos. Con ello, idealmente son capaces de vivir las emociones libremente. Digo idealmente porque muchas veces las formas en que el mundo adulto se dispone para la participación en el juego debilitan las posibilidades de expresión emocional de los niños/as».
Estudiantes
Para cerrar, las estudiantes de segundo año de la carrera, Giuliana Morales y Vania Zúñiga, ofrecieron un discurso para sus compañeras.
En este, Vania comenzó mencionando que «este encuentro no es solo una conmemoración académica, sino también un momento de comunidad, en el que nos miramos a los ojos y reconocemos lo que significa ser parte de esta historia: formar a generaciones de educadoras comprometidas con la infancia, con la justicia social, buscando transformar el país desde sus cimientos».

Luego, Giuliana Morales afirmó que «La formación en la Universidad Alberto Hurtado me hizo detenerme, mirar con otros ojos, y comprender que la infancia no es una etapa incompleta, sino una experiencia plena, con dignidad, voz y derechos. Este cambio de mirada no es solo académico: es profundamente personal y transformador. Hoy entiendo que ser educadora de párvulos significa acompañar, escuchar, crear espacios seguros, reconocer a cada niña y niño como sujeto de derechos y miles de cosas más».
Para último, Vania Zúñiga finalizó diciendo que «Sabemos que nos esperan muchos retos: sistemas que todavía son adultocéntricos, relaciones de poder, políticas que a veces avanzan lento, contextos de desigualdad que afectan directamente a los niños y niñas… Pero también sabemos que posibilitando y buscando espacios de diálogo y reflexión desde lo común, se da la oportunidad de poner en conversación a la infancias. Es importante destacar también que no estamos solas. Contamos con la fuerza del trabajo en equipo en el aula, con familias y la comunidad, y con la convicción de que cada paso que demos, puede marcar una diferencia en la vida de las infancias».
Giulania Morales y Vania Zúñiga