Carolina Álvarez aprobó su tesis “Cambiar sin traicionarse: habitus y experiencias de estudiantes con gratuidad en universidades prestigiosas y selectivas” el 17 de noviembre ante la comisión compuesta por Daniel Leyton (académico de la Universidad de Exeter, Inglaterra), Claudio Duarte (U. de Chile) y Eugenia Roberti (Instituto de Desarrollo Económico y Social, Argentina). La ahora Doctora en Educación ingresó al programa en 2017 y tuvo como profesor guía a Leonardo Sepúlveda, académico de la Universidad Alberto Hurtado.
Las importantes transformaciones que experimentado la educación superior en los últimos decenios, especialmente la masificación, no se han traducido en una democratización del acceso, por el contrario, se ha generado una oferta segmentada para los distintos grupos sociales. Aquellos de menor nivel socioeconómico acceden a instituciones técnicas y universidad masivas; y los grupos más favorecidos a universitarias de mayor prestigio. Distintas políticas han buscado mitigar sus efectos, entre ellas, la política de gratuidad. La investigación en el área da cuenta de una persistencia de desigualdades, asociadas al nivel socioeconómico, género, territorio y etnia. Estas indagaciones suelen considerar a las instituciones de manera homogénea al igual que los/as estudiantes de menor nivel socioeconómico.
En base a estos antecedentes, el trabajo final de Álvarez para obtener el grado de Doctora en Educación UAH-UDP indagó en las experiencias universitarias de estudiantes con gratuidad en universidades selectivas y prestigiosas, que cursan carreras de élite y no de élite, buscando acercarse a sus habitus y disposiciones de entrada, y sus posibles transformaciones en el paso por la universidad.
El marco conceptual que orientó el análisis consideró la teoría de Bourdieu, específicamente habitus, capitales y campo, y algunos desarrollos posteriores, específicamente, aquellos que hacen referencia a las experiencias de desajustes de habitus y las transformaciones que viven los sujetos al enfrentarse a campos sociales alejados de sus orígenes y contextos anteriores. Asimismo, fueron analizadas las dimensiones emocionales y reflexivas de las experiencias.
Para responder a los objetivos planteados se recurrió al enfoque biográfico. Fueron entrevistados 13 estudiantes, dos o tres veces cada uno/a. Estos jóvenes seguían estudios en las dos instituciones más prestigiosas y selectivas del país, en carreras de élite como derecho y medicina, y carreras no de élite como trabajo social y kinesiología. Los resultados muestran que los/as jóvenes desarrollan en sus núcleos familiares distintas disposiciones académicas y rutinas de estudio: con más y menos soportes hacia la universidad.
Las experiencias universitarias, en términos académicos, son disímiles entre los/as jóvenes al considerar sus habitus y disposiciones de entrada, lo que incide en los tiempos de desajuste y adaptación. La experiencia en este nuevo campo social genera reflexividades sobre la propia posición y capitales, y formas de enfrentar este nuevo escenario. El papel de las instituciones también resulta ser relevante en este sentido.
Las experiencias sociales presentan diferencias importantes al considerar las carreras, en aquellas de la élite se producen importantes cierres sociales, generando fuertes emociones en los/as estudiantes, desde resentimiento hasta vergüenza por su origen social. Y si bien, los/as estudiantes viven transformaciones como la ampliación de gustos culturales y toma de posición política, buscan no traicionarse ni dejar atrás su origen social, sino que más bien aprenden a moverse en dos mundos. Esto se refleja en la construcción de un proyecto vocacional propio, desde otro lugar epistemológico.
Finalmente, en las conclusiones se realiza una integración del análisis, recomendaciones de política educativa, y se presentan las limitaciones y aperturas posibles de este estudio.