- Marcos Sarasola, Vicerrector de Programas Académicos de la Universidad Católica del Uruguay expuso en el primer encuentro del Ciclo sobre Formación Integral organizado por la Facultad de Educación.
El 29 de abril se realizó el Primer encuentro del Ciclo sobre Formación Integral, denominado “Formación integral: ¿moda o necesidad? ¿a qué nos enfrentamos? relevancia, impacto, desafíos”, con la exposición de Marcos Sarasola Bonetti, Doctor en Pedagogía e innovación educativa por la Universidad de Deusto, y Vicerrector de Programas Académicos de la Universidad Católica del Uruguay.
Organizado por la coordinación de Formación Integral, a cargo de la académica Genevy Moreno, este ciclo inaugura un espacio para generar discusión y reflexión en torno a este tema y ofrece insumos con la perspectiva de integrar este modelo a la oferta formativa de la Facultad de Educación.
La actividad fue inaugurada por Carolina Flores Cordero, Decana de la Facultad quien recalcó que a partir de los nuevos Estándares de Formación Inicial que fueron recientemente aprobados por el Consejo Nacional de Educación (CNED), la formación integral de las y los futuros docentes es una obligación para quienes somos formadores de docentes.
La presentación de Marcos Sarasola dio cuenta de la complejidad del concepto “Integral”, indicando que a veces se malinterpreta por lo amplio del concepto. ¿Qué se entiende por formación integral docente? ¿Dónde está?, ¿es solo un eslogan, algo que está de moda o es algo que vamos integrando a nuestro ser y saber hacer? Señaló que a priori la educación integral es una etiqueta, una declaración, luego, “en la cancha se ve el partido”, por ello lo importante es ver qué se propone con la educación integral. Esto implica mucha colaboración y discusión, integrar, repensarse, trabajo colaborativo docente. “Si en una institución no tenemos personas que nos ayuden a construir una visión común, un propósito, eso no hace la construcción. Es importante tener claro el sentido del trabajo, tener una visión sistémica y holística, gente que crea en lo que está, así el liderazgo es distribuido”, aclaró.
Agregó además que la especialidad aporta al ser humano. Sin embargo, la comprensión de lo humano, lo ético, es lo verdaderamente relevante. Por lo general se pone énfasis en la tecnología, en el sistema, pero nada es más importante que la formación de sus docentes, este es un hecho incontrastable. La formación docente, especialmente la formación inicial docente es la que marca la calidad de cualquier sistema educativo, por ello hay que partir con los formadores de los futuros docentes porque “uno puede tener un marco legal y un marco curricular muy bien, pero si las creencias de ellos se siguen manteniendo, si siguen reproduciendo la formación que tuvieron ellos…. Hay que despertar la conciencia, poder despertar otros caminos. Hay que trabajar con las personas”, reflexionó.
Hace una adaptación a la perspectiva integral que propone Wilber para abordar diversos fenómenos, y señala 4 dimensiones: técnica (teoría, investigación y diseño curricular), de sistema (enmarcada principalmente por las leyes que orientan la sociedad, el sistema educativo y la estructura organizacional), cultural (creencias, valores y supuestos básicos sobre los que se sostiene la formación docente) y de la persona (¿cómo se entiende a las personas en la formación inicial docente? ¿Cómo se entiende y diseña un currículum que atienda a la formación de las personas? Consideración de lo corporal, emocional e intelectual).
La investigación del Doctor Sarasola está centrada en la cultura de las instituciones educativas, trabajo en equipo, estándares de aprendizaje, liderazgo transformacional y eneagrama. Es evaluador de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación del Uruguay. Integra el Consejo editorial de Revistas de Educación en Argentina, España, México, Perú y Uruguay y ha trabajado en la formación de docentes en Brasil, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Chile, España, Guatemala y Uruguay.
Revisa el encuentro aquí