Crítica a la subvaloración que afecta a la enseñanza de las artes en los colegios, y al mismo tiempo un reconocimiento de las habilidades y destrezas cognitivas que fomenta entre los estudiantes, fueron parte de la discusión del segundo seminario del ciclo “Las otras calidades en la educación” y que estuvo dedicado a reflexionar sobre la educación artística y su contribución en el sistema escolar.
El seminario fue organizado por el CEPPE y la Facultad de Educación de la Universidad Alberto Hurtado y tuvo lugar el pasado jueves 23 de abril en las dependencias de esa casa de estudios. Contó con las exposiciones de Alejandra Orbeta, directora de Pedagogía en Artes Visuales de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Alberto Hurtado; Luis Hernán Errázuriz, PhD en Educación Artística de la U. de Londres y académico del Instituto de Estética de la Pontificia Universidad Católica de Chile; y Américo Giusti, profesor del Conservatorio de Música y académico de la Escuela de Música de la Universidad de Talca.
Los expositores concordaron en que si no existe voluntad política, “resulta difícil mover el modelo actual de medición de la calidad de la educación hacia otros paradigmas”, pero advirtieron que “en las artes descansa un valor irrenunciable desde el punto de vista personal, social y país. Al ser humano, no basta con comer, dormir y consumir”.
Juan Eduardo García- Huidobro, impulsor del ciclo de charlas y actual director del Departamento de Política y desarrollo escolar de la Facultad de Educación de la UAH, recordó al inicio de la conversación que el esfuerzo de todo el país ha estado orientado durante los últimos años a elevar la calidad en la educación, pero que en ese trabajo hemos llegado a identificar “calidad” con resultados de mediciones.
-Se llega a una confusión bastante obvia: por supuesto que las competencias en lenguaje y matemáticas son necesarias, pero ellas, por sí solas, no producen calidad. La calidad supone un conjunto de variables más complejas. Supone, por ejemplo, reconocer al otro como un igual y respetar sus derechos –precisó.
García-Huidobro recordó que el ciclo de seminarios sobre “Las otras calidades de la educación” nace como una reacción a la sobrevaloración de las asignaturas tradicionales, y como una reflexión sobre lo que aporta el arte al resto de la enseñanza y la formación integral del individuo. “El arte es un elemento consustancial a ser persona. Es una expresión de humanidad” sintetizó.
La condición humana
Alejandra Orbeta recordó que existe una invisibilización de ciertas áreas del aprendizaje que no son medidas por pruebas estandarizadas, y que la educación artística es impartida por profesores con escasa especialización en el área.
-El arte escolar es casi un género aparte. Permite generar espacios de libertad y creatividad, funciona como lugar de distensión para los alumnos. Es un área libre de presión intelectual, que prioriza el trabajo procedimental por sobre el intelectual. En ese sentido, el arte posee una función en sí mismo –sostuvo.
La académica de la UAH agregó que el arte en la escuela desarrolla la percepción estética y fomenta la comprensión de los contextos culturales. “Contribuye a la construcción y transmisión del conocimiento. Los estudiantes pueden desarrollar habilidades, destrezas y competencias cognitivas complejas de largo plazo” destacó. “No es posible enseñar arte sin enseñar, a la vez, sobre la condición humana” finalizó.
Luis Hernán Errázuriz, profesor del Instituto de Estética de la UC, expuso por su parte que así como existe una dieta alimenticia, existe una dieta curricular diseñada para “alimentar” a los estudiantes con ciertos contenidos, y que la dieta actual se encuentra “desbalanceada”.
“Se ha confundido el término calidad, y se cree que hablar de calidad es hablar de calidad sólo de matemáticas y lenguaje”, lamentó.
-Para educar bien no basta con inyectar más conocimiento científico. Chile no se puede abstraer de las mediciones, pero los indicadores no son la meta final. Eso sería empobrecedor de la vida mental. Lamentablemente, el desarrollo de la imaginación, la percepción y la reflexión crítica no son rasgos distintivos de las prácticas escolares actuales -comentó.
El profesor del Instituto de Estética de la UC criticó que lo que es medible es lo que se valora, especialmente si resulta conveniente desde el punto de vista político.
-Aquellas dimensiones que no podemos medir suelen ser las más interesantes, las que confieren sentido a nuestra existencia. La dimensión mística, la dimensión afectiva, la colaboración con otros, la relación con la naturaleza. El mundo de las artes se alimenta justamente de esos insumos, de la relación del hombre con el mundo –valoró.
El profesor de la UC finalizó cuestionando la necesidad de obligar a las artes a someterse a mediciones, a lograr “aprendizajes esperados” según el currículo nacional. “Sin arte, se desvirtúa el sentido de la educación, se la transforma en mercancía” advirtió.
Américo Giusti, profesor del Conservatorio de Música y académico de la Escuela de Música de la Universidad de Talca, fue el último de los expositores. Él se refirió a su experiencia como director e impulsor de la orquesta Infantil y Juvenil de Curanilahue.
El profesor de música señaló que el trabajo es el que puede sacar a flote los talentos naturales de cada niño, y que todos lo poseemos de manera natural. “El talento es desarrollable, y eso está en las manos del profesor” indicó.
Giusti agregó que “la música da las garantías de sacar lo mejor de cada persona, incluso sirve para combatir la pobreza, ya que el talento termina por ser reconocido y ofrecer mejores condiciones de vida a quien lo desarrolla bien”.
-Ahora se conocen como competencias blandas. Cuando se habla de una orquesta juvenil, se habla de un sistema solidario entre sus partes, que mata la envidia. Cada uno de los 80 intérpretes depende del otro, y cada cual desea que la orquesta suene lo mejor posible, es decir, que a todos les vaya bien, que ejecuten bien sus partes. El imperio de la belleza saca lo mejor de cada uno –sentenció.
Los últimos dos seminarios del ciclo abordarán la formación ciudadana durante mayo y calidad y trascendencia en junio (filosofía, religión y sentido final en la formación de un sujeto).