Una investigación de la Universidad Alberto Hurtado identificó negligencias en el momento que las alumnas de carreras técnicas realizan sus prácticas profesionales: las instituciones educativas las dejan solas, las empresas desconfían y no las reciben y a nivel país existen muy pocos referentes que las motiven a enfrentar las brechas de género. En estas condiciones: ¿se puede insistir en una vocación técnica-industrial?
Los últimos años han sido testigos de la promoción de la Educación Técnica Profesional (ETP) por organismos internacionales como la OCDE y la UNESCO porque reconocen que muchas de las profesiones que conformaron la columna vertebral de la vida económica y social de las naciones dependen de cualificaciones profesionales técnicas. Esto sumado a un contexto de la lucha por la igualdad de género, el mensaje hacia las niñas y adolescentes es que pueden hacer lo mismo que los hombres.
En Chile esta recomendación ha hecho eco en los últimos años con cifras históricas de matrícula: entre los años 2010 y 2019, el número de estudiantes mujeres en especialidades industriales subió de 5.800 a cerca de 9.100, lo que significó un incremento de su participación en la matrícula total de 9.6% a 16%. Entre los mismos años, el número de mujeres matriculadas en carreras asociadas a las tecnológicas e ingenierías en la ETP superior, también se incrementó de 22.100 a 26.600.
La investigadora y académica de la Facultad de Educación de la Universidad Alberto Hurtado y experta en esta área educativa, María Paola Sevilla observó en los datos del Ministerio de Educación que, a pesar de este auge, menos del 30% de las mujeres que estudian especialidades industriales una vez que egresan, siguen en sus mismas rutas formativas mientras que los hombres en un 80% lo hacen cuando se matriculan en la educación superior y les va muy bien. En resumen, la pregunta es qué pasa con ellas, qué obstáculos impiden que se proyecten en el área de sus especialidades industriales. Lo cierto es que, en Chile, de los estudiantes que se matriculan en carreras técnicas asociadas a las tecnologías e ingenierías, solo el 12% son mujeres.
Entrevista publicada en Cambia el Mundo
Autora: Carmen Sepúlveda.