Cristopher Villarroel, profesor de Biología y egresado del Magíster en Didáctica de las Ciencias Experimentales de la Facultad de Educación de la Universidad Alberto Hurtado, está liderando un proyecto que combina ciencia, tecnología y rescate cultural en Rapa Nui.
Junto a estudiantes de tercero y cuarto medio del electivo de Biología de los Ecosistemas del Liceo Aldea Educativa de Rapa Nui, busca enfrentar la disminución del pipi Anakena, molusco endémico de la isla utilizado ancestralmente en trajes típicos y hoy en riesgo de extinción.
Este trabajo se desarrolla en el marco del programa Samsung Solve for Tomorrow, presente en Chile gracias a la alianza con Fundación País Digital, que en su primera edición en Rapa Nui benefició al 100% de los establecimientos educacionales de la comuna, alcanzando a más de 240 estudiantes.
“La sobreexplotación del pipi Anakena es un problema ecológico importante, pero también representa un conflicto con la identidad cultural de la isla. Nuestra propuesta busca conciliar ambas dimensiones: crear una alternativa sustentable que preserve la tradición sin seguir extrayendo al molusco”, explica Villarroel.
La solución del equipo consiste en elaborar réplicas del pipi Anakena mediante impresión 3D, utilizando plástico reciclado de botellas recolectadas en las costas de Rapa Nui. Con ello, no solo se contribuye a la conservación de la biodiversidad, sino que también se aborda el problema de la contaminación por plástico.
El proyecto nació a partir de la inquietud de una de las estudiantes —candidata a reina de la Tapati 2026— que necesitaba confeccionar numerosos trajes tradicionales. “Ella nos comentó que en muchas casas hay tarros llenos de pipi, lo que revela una práctica cultural naturalizada pero insostenible. Desde ahí, comenzamos a investigar y a desarrollar esta propuesta que hoy tiene un fuerte componente científico, tecnológico y de liderazgo femenino”, señala el profesor.
Además de su impacto medioambiental, la iniciativa busca motivar a las y los jóvenes de Rapa Nui, especialmente a las mujeres, a participar en la investigación científica y convertirse en agentes de cambio en su propia comunidad.
“La ciencia aquí suele ser traída desde el continente. Este proyecto es una oportunidad para formar científicas y científicos locales, conectados con su realidad y su cultura”, concluye Villarroel.